Mariel empezó a interesarse seriamente con la coctelería a partir de comenzar a estudiarla- «Desde que uno empieza el curso, empieza a interesarse en el tema de la creatividad en la coctelería», comenta, refiriéndose a cómo la creatividad es parte fundamental del aprendizaje en este campo. En los cursos, los instructores incentivan a los estudiantes a crear cócteles propios, y tener acceso a los insumos necesarios en su lugar de trabajo (Mariel trabaja en Tequila, Kiyú), le permitió seguir explorando nuevas combinaciones y técnicas. «Siempre ando con algo nuevo, porque la curiosidad forma parte del crecimiento«, agrega, destacando cómo su constante curiosidad ha sido clave en su desarrollo como bartender.
Experimentación y torneos de coctelería
La creación de cócteles no es solo una técnica, sino también un proceso de prueba y error. La joven bartender lo explica de manera sencilla: «Si uno no curiosea, no funciona. Aunque la curiosidad te salga mal». Aunque a veces las mezclas no salgan como espera, siempre busca mejorar, y este espíritu de experimentar la llevó a participar en varios torneos de coctelería. En uno de los más recientes, por ejemplo, tuvo que trabajar con pisco peruano como base, ya que el evento estaba organizado por la Embajada de Perú y la Asociación uruguaya de barmans. En este campeonato estuvo Alejandro Undarzón de Tequila como jurado.
Anteriormente, en el Campeonato Nacional, Mariel presentó un cóctel con whisky de canela, maracuyá y frutilla, un trago que le dio mucha satisfacción, y se mostró más segura de su capacidad para competir. «Me estimuló. Me di cuenta de que podía hacerlo», dice, recordando la motivación que le brindó su participación en el torneo.
La importancia de aprender de otros bartenders
Lo que más le gusta de estos eventos es la oportunidad de aprender de otros bartenders experimentados. En los campeonatos, todos compiten en la misma categoría, lo que les permite compartir ideas y aprender unos de otros en tiempo real. «Estamos todos en el mismo momento, preparando, decorando y armando nuestro mise en place«, explica Mariel, destacando cómo la interacción entre los competidores le ha abierto la mente y la creatividad. «Te llevan muchas ideas, como la hoja del árbol de higo. Cosas que nunca se me habían ocurrido», dice, mostrando cómo cada interacción le deja algo valioso para seguir creciendo en su oficio.
Balance entre coctelería y docencia
Además de su trabajo como bartender, Mariel Centurión es profesora de historia, y aunque en este momento no puede sostener ambos roles al mismo tiempo, tiene planes de retomar la docencia el próximo año. «Voy a tratar de hacer las dos cosas. En paralelo, con diferentes enfoques», afirma, mostrando una vez más su capacidad para balancear distintas pasiones y responsabilidades. Sin duda, su meta es seguir aprendiendo y creando, tanto en el ámbito de la coctelería como en la enseñanza.
El impacto de la tecnología en la formación
Mariel también reflexiona sobre los cambios que la pandemia trajo consigo. Gracias al auge de las plataformas digitales, ahora tiene acceso a talleres y charlas internacionales, algo impensable antes. «Es como más democrático, ahora hay acceso a muchas cosas gratuitas», comenta, destacando cómo la tecnología ha permitido a muchos bartenders mejorar su formación sin limitaciones geográficas.
Para el futuro, la bartender está a la espera de nuevos campeonatos, pero aún no tiene fechas confirmadas. Sin embargo, su motivación y deseo de seguir perfeccionándose en la coctelería están más vivos que nunca. «Crear cosas nuevas que llamen la atención«, esa es su meta, y no hay dudas de que continuará explorando nuevos horizontes en el mundo de los cócteles.
Perspectivas desde el interior
La entrevistada, originaria del interior, comparte su visión sobre las posibilidades para quienes, como ella, no están en la capital, un lugar que considera fundamental para quienes desean desarrollarse en el mundo de la coctelería. «Morís en la capital», reflexiona, reconociendo que, aunque en las grandes ciudades hay más oportunidades, en el interior las opciones son limitadas. Sin embargo, señala que, aunque no es fácil, existen alternativas como talleres de coctelería para principiantes. «Cada tanto sale algún taller para principiantes, pero no un curso de formación», explica, destacando que estos cursos suelen ser la puerta de entrada a un mundo mucho más amplio.
La amplitud del mundo de la coctelería
En estos cursos, que duran entre cuatro y cinco meses, los estudiantes aprenden sobre la historia de las bebidas, las combinaciones, los sabores, y una amplia variedad de aguardientes, como vodka de arroz, tequila y mezcal. «Es muy amplio el mundo de la coctelería, más de lo que te imaginas», afirma, destacando lo vasto y complejo que es el campo. A pesar de que no todos tienen acceso a estos insumos fuera del ámbito laboral, en los cursos se pueden probar y conocer a fondo estos productos. «En un curso tenés acceso a todas esas cosas, a probar, a saber… vas probando todo lo que haces», agrega, enfatizando lo importante de experimentar en este oficio.
Estilos de coctelería: clásico y flair
Dentro de la coctelería, existen diferentes estilos de trabajo, como el clásico y el flair. Mariel, por ejemplo, se siente más cómoda con el estilo clásico, un enfoque más tradicional que no involucra tantos movimientos vistosos, como los que se utilizan en el flair. «Soy un poco torpe para el flair», comenta entre risas, y explica que, aunque admira el flair por su destreza y espectáculo, prefiere mantenerse en lo clásico. «Me fascina verlo, pero yo en lo personal sé que no tengo algo para el flair working», agrega, reconociendo que ese estilo no es para todos.
A pesar de su inclinación por el estilo clásico, Mariel está siempre en búsqueda de nuevas ideas y productos que puedan enriquecer sus cócteles. «Soy mucho de los insumos artesanales caseros, entonces siempre hay alguna cosita nueva», comenta con entusiasmo. Aunque aún no ha probado con ciertos ingredientes, como el «cantequilá», su curiosidad no tiene límites, y siempre está dispuesta a innovar y probar nuevas combinaciones. «Todavía no, pero podría ser», dice al mencionar que le gustaría experimentar con pisco en futuras creaciones.
El valor de la experiencia en competencias
Mariel también tiene un mensaje para aquellos que están comenzando en la coctelería o tienen miedo de dar el paso y participar en competencias. «Que se animen a participar», asegura, destacando que muchas personas tienen miedo o inseguridad por pararse frente a un escenario. «Es normal tener miedo, porque hay que pararse frente a un escenario», explica, pero resalta que esas experiencias siempre suman, independientemente de si se gana o no. «No importa si se gana o si no se gana, siempre vas a ganar algo», añade, subrayando lo valioso de la experiencia y el aprendizaje.
En cuanto a su participación en competiciones, Mariel tiene claro que no importa si no llegó al podio. «Me fue bien, muy contenta, y todo me sumó», dice, con una sonrisa, explicando que, aunque no se haya subido al podio, aprendió un montón de cosas que la ayudarán a mejorar y seguir innovando. La competencia no es solo un desafío, sino una oportunidad de aprender y seguir creciendo.
La importancia del aprendizaje continuo
En su última participación, Mariel Centurión compartió escenario con una cantidad de competidores de diferentes edades y trayectorias, desde los más jóvenes hasta los que tienen años de experiencia. «Había de todo tipo», comenta, reconociendo que la mayoría de los participantes tenían más experiencia, lo que hizo la competencia aún más desafiante. «Competías con personas que llevan 25 años trabajando en esto», dice, destacando que esa interacción es lo que más valora: el aprendizaje constante. «Es todo aprendizaje continuamente«, concluye, mostrando su pasión por mejorar y seguir aprendiendo en cada paso de su carrera.