Aunque pueda parecer una moda reciente, la figura del barista moderno tiene su origen en una revolución mucho más profunda en la cultura del café, que comenzó en los años 70 y 80. Fue en ese momento que el mundo del café comenzó a valorar no solo la calidad del grano y el origen, sino también a quien está detrás de la máquina: el barista.
Raúl Martirene, experto en café y formador de baristas, estuvo en Tequila Kitchen Bar este sábado, y lo explica así:
“Se vio la necesidad de que la persona que trabaja en la máquina sepa más sobre el producto que maneja. No alcanza con apretar botones. Hay que conocer las máquinas, las preparaciones modernas, y saber ofrecer una experiencia de calidad.”
Esta figura, que combina técnica, sensibilidad y atención al detalle, hoy es requerida en cualquier rincón del mundo gastronómico.

Un oficio en auge, con mirada gastronómica
El barista no solo domina la técnica del espresso o del cappuccino moderno, también es una figura integral dentro de una cafetería o restaurante. Según Martirene, un buen barista debería tener conocimientos de atención al público, manejo del tiempo en cocina y coordinación de servicio.
“Cuando hacés un cappuccino que acompaña un sándwich caliente, tenés que saber que ese sándwich demora, y tener el timing justo para que ambos lleguen perfectos a la mesa. Es un oficio muy completo.”
En Uruguay, la profesionalización ha crecido mucho en los últimos años. Martirene destaca el nivel de formación y la calidez en el trato como características que hacen que los baristas uruguayos sean bien valorados en cualquier parte del mundo.
De bartender a barista: el viaje personal de Raúl
Raúl Martirene se formó primero como instructor de bartenders, pero en 2016 se sintió atraído por lo que empezaba a ver en redes como YouTube y Facebook: conceptos como el «espresso perfecto» o nuevas formas de presentar el café captaron su atención.

“Vi que el barista ocupaba el mismo lugar físico que el bartender, pero en Uruguay casi no existía esa figura. Me fui a Buenos Aires a estudiar porque acá no había dónde, y cuando volví organizamos un taller con 480 personas. Ahí me di cuenta de que no estaba solo.”
Desde entonces, no ha parado de formar, innovar y seguir de cerca las tendencias del mundo del café. Y sí, las redes sociales han jugado un papel importante: “Hoy la gente se saca fotos con un cappuccino decorado. Eso impulsa el consumo, la creatividad y hasta los campeonatos internacionales.”
¿Y el mate? “Yo siempre digo que si en Uruguay se tomara café en lugar de mate, en vez de tener un Fiat tendría un Ferrari”, bromea Martirene, con una sonrisa de quien sabe que el camino del café en Uruguay recién comienza a calentarse.